un.día.más
Se disipa el calor violento que me acecha por la espalda. La gota cae vertiginosamente y no puede ocultarse. Va marcando un camino, sigiloso, curvo, de idas y venidas hasta suicidarse en el zapato. Claro que mi previsión se adelanta y las abraza con el pañuelo. Empapado, lleno de puntos comunes y conexiones refugia a ese montón de desperdicio humano producto del ambiente denso y húmedo.
Siento que floto entre cuerpos pesados llenos de chapitas y cabezas de algodón. Hay manos que suben, pisan y duelen.
No... grita el colectivero.
Si... agitamos las voces de las conciencias aun despiertas .
Empujones, claros reflejos animales cortando la razón en ciento cincuenta pedazos. El primero rie desde su asiento, el último rie porque sabe que reirá más tarde cuando este se baje. Los del medio sufrimos el efecto de la granja, la succión de una turbina asesina, el aliento podrido del que con su boca roza mi sien que a su vez interrumpe la lectura feroz de un privilegiado.
¿Por-qué-será-siempre-asi?
Chau, cierro los ojos y no puedo escaparme. Alguien me ofrece una estampita de noseque santo y me obliga a mirarla. Creo que ya la he visto antes, seguro. Lástima que detesto la caridad a los explotadores de menores. puff...
Sigue y seguimos todos apretaditos, casi como hermanos, casi como si fueramos un solo cuerpo, una sola boca que oprime el acelerador y respira en el semáforo.
los segundos, los milisegundos, los nanosegundos. La ropa y mi cuerpo han hecho una simbiosis perfecta, un edipo de terapia, una metamorfósis en algo que será piel de algodón y pies de goma.
Es acá. ¡ALFIN!
Codo va, codo viene y me escupe una puerta enojada. El cordón me recibe violento, como si le interrumpiera su siesta y yo, como si todavía quedara algo de mi, camino e intento recuperar el aliento propio, la gota que cae de mi frente, la mano, el pie y una canción suena.
¿Cuál es?
La tarareo por un rato y ¡YASE!
jaja No puede ser ESA canción, pero sí.
Miro una vez más hacia un mundo esquemáticamente voraz y me detengo ante mi puerta, la degusto, la deseo, la ataco con la mirada y finalmente entro.
El sillón odiará mi caida, pero no importa.
Ya estoy aqui, he llegado y todo termina acá.
(se cierra la puerta)
Siento que floto entre cuerpos pesados llenos de chapitas y cabezas de algodón. Hay manos que suben, pisan y duelen.
No... grita el colectivero.
Si... agitamos las voces de las conciencias aun despiertas .
Empujones, claros reflejos animales cortando la razón en ciento cincuenta pedazos. El primero rie desde su asiento, el último rie porque sabe que reirá más tarde cuando este se baje. Los del medio sufrimos el efecto de la granja, la succión de una turbina asesina, el aliento podrido del que con su boca roza mi sien que a su vez interrumpe la lectura feroz de un privilegiado.
¿Por-qué-será-siempre-asi?
Chau, cierro los ojos y no puedo escaparme. Alguien me ofrece una estampita de noseque santo y me obliga a mirarla. Creo que ya la he visto antes, seguro. Lástima que detesto la caridad a los explotadores de menores. puff...
Sigue y seguimos todos apretaditos, casi como hermanos, casi como si fueramos un solo cuerpo, una sola boca que oprime el acelerador y respira en el semáforo.
E
T
E
R
N
O
S
T
E
R
N
O
S
los segundos, los milisegundos, los nanosegundos. La ropa y mi cuerpo han hecho una simbiosis perfecta, un edipo de terapia, una metamorfósis en algo que será piel de algodón y pies de goma.
Es acá. ¡ALFIN!
Codo va, codo viene y me escupe una puerta enojada. El cordón me recibe violento, como si le interrumpiera su siesta y yo, como si todavía quedara algo de mi, camino e intento recuperar el aliento propio, la gota que cae de mi frente, la mano, el pie y una canción suena.
¿Cuál es?
La tarareo por un rato y ¡YASE!
jaja No puede ser ESA canción, pero sí.
Miro una vez más hacia un mundo esquemáticamente voraz y me detengo ante mi puerta, la degusto, la deseo, la ataco con la mirada y finalmente entro.
El sillón odiará mi caida, pero no importa.
Ya estoy aqui, he llegado y todo termina acá.
(se cierra la puerta)
Etiquetas: de la vida, prosa poética
2 Comentarios:
así tal cual, sólo que con todas esas ocurrencias magníficas que tenes y me dan gracia por la coincidencia, terrible coincidencia. Ojalá no coincidieramos y todo sea un cuento más en la vida de la lectora, pero no. Entonces que sea la mejor forma, como creo que esta es.
(¿Por cual parte estas con Alan P.?)
Beso!
voy por la tercera. Me quedan 200 páginas para terminar. Medio que se empantanó un poco y paré. Venía leyendo sin parar... la segunda parte es ADICTIVA. y la locura de Sofía ni te digo.
Besos
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