las.palabras
Las palabras llegan de tarde, cuando los sonidos ya han anochecido. Las historias todavía no hay sucedido pero se que el pasado les está pisando los talones.
Son letras que metafóricamente adquieren un significado, no escriben, ni hablan por si solas. Es mi boca o mi mano la que les da existencia. No son nada más que lo que yo quiero que sean. Son mis esclavas y mis carceleras.
Entre ellas y yo hay espacios inteligibles, galaxias y hasta universos de distancia. La unidad que las caracteriza, no habla de mis multiples diptongos. Los acento son lo que más me interesa, esa batuta marcando el ritmo, el arco de la vela en el mástil, la sola exitción de la letra entronada.
De las letras hay escisiones, de los cantos hay amores, qué queda de mi, que todavía no he encontrado mi cirunferencia. Decir, Hacer, Escuchar, Saber…. Verbos… acciones, tan poco vivos como sus conjugaciones.
A veces me pregunto por qué escribo, a quién le escribo en esta noche llorosa y atormentada. Los dedos fluyen y yo pienso más de la cuenta, por eso no escribo lo que verdaderamente quisiera escribir, el frenesí de mis letras todavía está plantado en alguna pradera que no he descubierto. Alli me esperan todos los hiatos y metáforas, las sineresis y sinecdoques, todos guardados en un estuche que dice: para destruir. Quiero mi báculo encantado, quiero mis dedos poseidos, quiero escribir para mis historias y no para mis idolos.
Saber demasiado, qué dolorosa condena. Era más fácil la historia sin tanta teoría literaria de por medio, sin libros y libros apilados entre la punta de mi lengua y mi voz. A veces siento que voy perdiendo las vocales, y todo se hace más frio y contracturado. DE a poco empiezo a perder las S, R, C y “td r mjr”.
Llega el día en que tengo las palabras metidas en mi garganta, atragantadas y sin poder digerir. Me causan vomito, me atoran los pulmones y no me dejan dormir. Están tan adentro que parecen la propia sangre que fluye queriendo desembocar en algun mantantial perdido. Lástima que en el cuerpo no tenemos ninguna pérdida, todo está perfectamente sellado. Lástima que le haya cerrado todas las puertas y hoy esté aquí escribiendo sobre ella, cuando debería estar escribiendo con ellas.
Malditas … siempre quieren más protagonismo. Pero hoy el punto y aparte les ha ganado de mano.
Etiquetas: prosa poética
2 Comentarios:
Me decían (tantas veces lo he escuchado) que a las palabras las lleva el viento.
Me descubrí en medio de discusiones que aún hoy, ahora, escucho y no logro olvidar. Guardé instantáneas en esta álbum de la memoria: 'no estés tan triste', 'contá conmigo'. Me enojé, me amigué, borré, taché, y después de todo entendí que las palabras no son llevadas por ningún viento y que están tan marcadas en nosotros que nos construyen tal y como somos.
Te dejo mi prosa preferida de Alejandra y un abrazo, porque tus líneas dicen que lo andás necesitando.
***
La palabra que sana
Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.
Alejandra Pizarnik
(El infierno musical, III, 1971)
la pizarnik siempre con la palabra justa, cuando se trataba de hablar de las palabras. Ella siempre tan contradictoriamente hermosa.
Gracias por TUS palabras, pero son solo palabras... yo estoy bien.
Besos
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