insomnios
Hoy me até las medias, me subí las zapatillas, me enredé en el pantalón y me abroche la remera. Me cepillé con pasta de dientes del pelo, me peine los dientes, me lave la campera, y me abrigue las penas.
Me miré la cara, y estaba algo borrosa, las manos algo arrugadas, y la frente caída.
Agarré las llaves, (tenía que salir) como al pasar, mecánicamente apreté el botoncito del acensor y esperé. ¿Qué estaré esperando? pensaba en mi interior.
Llegó el acensor, "lindo día ¿no?" dijo mi vecina, sentí como si escuchará, como si el clima alguna vez hubiera importado para algo más que para romper silencios incómodos.
Bajaba mi cuerpo, la física me atraía por la ley de gravedad y yo seguía arriba, tirada en la cama, pensando. Trataba de concentrarme en qué pensaba, en qué habia pensado toda la noche que no me habia dejado dormir, pero de repente el asensor se detiene, la puerta se abre, el mundo me chupa y el portero me saluda.
Salgo, el viento es frío, me siento fría, me hace frío, tengo frío, pero ¿por qué? si estoy abrigada, quizás porque lo más importante está desprotegido, y a la interperie.
Entre tantos ojos que simulan mirarme, me pierdo, y no encuentro consuelo, ni calor. Los lugares cerrados me asfixian, el humo de sus cigarillos me ahoga, la sonrisas ajenas me lastiman, y las plazas suelen albergarme hasta que me abrazan muy fuerte.
Camino... camino... como si existiese un camino que seguir, busco entre las caras, entre las ventanas, las puertas, ALGO... ¿Qué?
Qué!!!!! grito en mi cabeza, y todo dá vueltas. Me siento en una banca, y sigo preguntándome ¿ por qué? ¿cuándo? ¿cómo? Dónde no... porque sé donde.
Es desesperante no saber qué es lo que me pasa, qué es lo que siento, porque me siento tan fría como el aire que me traspasa como si fuera una rejilla, por qué estoy llorando si no hay nada por lo cual llorar, por qué estoy haciendo esto, por qué habré abierto la puerta, por qué no se cerró y me dejó dormir. Por qué y más por qués me invaden por la espalda, se me cuelan por los oídos, y se me incrustan en los ojos.
No puedo ver otra cosa, no puedo concentrarme en mi lectura, no puedo dejar de pensar. Quizás me habran contagiado, quizás mi vida se detuvo en el mismísimo instante que compartí un pedacito de mi vida con alguien.
Creo que se está haciendo de noche, y debería volver. Hay una parejita en la banca de al lado que no para de besarse ¿ se amarán? pregunto resignada.
¿Se amarán tanto como yo he amado? y sino se aman ¿ serán felices? Yo... ¿soy feliz?
Mis pies están entumecidos, los subo a la banca y me siento como indio, apoyo mis codos sobre mis piernas y mis manos sostienen mi cabeza que por momentos pareciera caerse. El pelo sobre la cara, los ojos abiertos, pero cerrados, la naríz roja, las pocas hojas que quedaron barren el ñas cenizas de mi conciencia, las caras desaparecen con el día, y yo no puedo dejar de preguntarme, ¿por qué habré olvidado de traerME y me habré dejado en aquel lugar donde había otra gente, luces y una puerta, donde el tiempo se detuvo, y yo me detuve. ¿cómo no detenerme?¿cómo no dejarme? ¿cómo volver a encontrarme? ¿cómo retornar a la vida de todos los días si la magia se ha encendido, si las luces se han apagado, y yo sigo allí sentada.Si todo... es como debería ser, y yo debo ¿conformarme?.
¿Cómo saltar de nuevo el abismo de la incertidumbre y reafirmar mis votos de confianza?
"Seguro que no se aman", concluyo luego de contemplarlos. Pero ¿por qué tengo esa actitud, por qué no puedo ver felices a otras personas, sin dejar de pensar en mi propia felicidad?¿seré egoísta?
Me levanto, camino y algo me dice que debo dormirme, perderme entre los sueños, rearmarme, porque hoy fue un día de esos en que me siento fallada, vacía, donde las balanzas siempre son negativas, y las negativas son más negativas que antes.
Dormite carito!, no pienses más!, dale, animate a vivir... a existir
Me miré la cara, y estaba algo borrosa, las manos algo arrugadas, y la frente caída.
Agarré las llaves, (tenía que salir) como al pasar, mecánicamente apreté el botoncito del acensor y esperé. ¿Qué estaré esperando? pensaba en mi interior.
Llegó el acensor, "lindo día ¿no?" dijo mi vecina, sentí como si escuchará, como si el clima alguna vez hubiera importado para algo más que para romper silencios incómodos.
Bajaba mi cuerpo, la física me atraía por la ley de gravedad y yo seguía arriba, tirada en la cama, pensando. Trataba de concentrarme en qué pensaba, en qué habia pensado toda la noche que no me habia dejado dormir, pero de repente el asensor se detiene, la puerta se abre, el mundo me chupa y el portero me saluda.
Salgo, el viento es frío, me siento fría, me hace frío, tengo frío, pero ¿por qué? si estoy abrigada, quizás porque lo más importante está desprotegido, y a la interperie.
Entre tantos ojos que simulan mirarme, me pierdo, y no encuentro consuelo, ni calor. Los lugares cerrados me asfixian, el humo de sus cigarillos me ahoga, la sonrisas ajenas me lastiman, y las plazas suelen albergarme hasta que me abrazan muy fuerte.
Camino... camino... como si existiese un camino que seguir, busco entre las caras, entre las ventanas, las puertas, ALGO... ¿Qué?
Qué!!!!! grito en mi cabeza, y todo dá vueltas. Me siento en una banca, y sigo preguntándome ¿ por qué? ¿cuándo? ¿cómo? Dónde no... porque sé donde.
Es desesperante no saber qué es lo que me pasa, qué es lo que siento, porque me siento tan fría como el aire que me traspasa como si fuera una rejilla, por qué estoy llorando si no hay nada por lo cual llorar, por qué estoy haciendo esto, por qué habré abierto la puerta, por qué no se cerró y me dejó dormir. Por qué y más por qués me invaden por la espalda, se me cuelan por los oídos, y se me incrustan en los ojos.
No puedo ver otra cosa, no puedo concentrarme en mi lectura, no puedo dejar de pensar. Quizás me habran contagiado, quizás mi vida se detuvo en el mismísimo instante que compartí un pedacito de mi vida con alguien.
Creo que se está haciendo de noche, y debería volver. Hay una parejita en la banca de al lado que no para de besarse ¿ se amarán? pregunto resignada.
¿Se amarán tanto como yo he amado? y sino se aman ¿ serán felices? Yo... ¿soy feliz?
Mis pies están entumecidos, los subo a la banca y me siento como indio, apoyo mis codos sobre mis piernas y mis manos sostienen mi cabeza que por momentos pareciera caerse. El pelo sobre la cara, los ojos abiertos, pero cerrados, la naríz roja, las pocas hojas que quedaron barren el ñas cenizas de mi conciencia, las caras desaparecen con el día, y yo no puedo dejar de preguntarme, ¿por qué habré olvidado de traerME y me habré dejado en aquel lugar donde había otra gente, luces y una puerta, donde el tiempo se detuvo, y yo me detuve. ¿cómo no detenerme?¿cómo no dejarme? ¿cómo volver a encontrarme? ¿cómo retornar a la vida de todos los días si la magia se ha encendido, si las luces se han apagado, y yo sigo allí sentada.Si todo... es como debería ser, y yo debo ¿conformarme?.
¿Cómo saltar de nuevo el abismo de la incertidumbre y reafirmar mis votos de confianza?
"Seguro que no se aman", concluyo luego de contemplarlos. Pero ¿por qué tengo esa actitud, por qué no puedo ver felices a otras personas, sin dejar de pensar en mi propia felicidad?¿seré egoísta?
Me levanto, camino y algo me dice que debo dormirme, perderme entre los sueños, rearmarme, porque hoy fue un día de esos en que me siento fallada, vacía, donde las balanzas siempre son negativas, y las negativas son más negativas que antes.
Dormite carito!, no pienses más!, dale, animate a vivir... a existir
Etiquetas: insomnio, personalisimos, preguntas
0 Comentarios:
Publicar un comentario
<< Volver a mi.rayuela