ángeles.caídos
Pensar que eramos tan pequeños, inocentes, puros (?), alégres, no teniamos más problemas que los que requería jugar a la rayuela, al elástico, la tabla del 3, los recortes en revistas billiken con imágenes de palabras con V, los recreos, los dibujitos animados, los libros de cuentos y hadas. Un mundo donde todo era posible, no habia límites para la imaginación, todo cabía en una lapicera fuente y las manchas en los dedos, en el cambio de figuritas y de hojitas de carta, en los juegos con muñequecas, (pinipon o playbolis)

En fin, un sin fin de situaciones que nos hacian tan minusculos para las miradas altas y grandes, pero tan grandes ante la mirada del corazón. ¿Quién no quisiera volver a creer en todas las cosas que creía de niño, quién no desearía tener una porción de la ingenuidad y pureza de mente que teníamos en esa época, quién no quisiera conservar la alegría y las ganas de aprender y vivir?
Pensar que los ángelitos se caen de sus cielos y se convierten en bichos automatizados, mínimos y trasparentes, que responden solamente a estimulos, se mueven en masa o muchedumbre de moscas sin identidad propia y les cuesta salir de la cotidaneidad y escapar a la realidad de los cuentos y las hadas, donde en algún momento fueron gigantes.
Pensar que son una gran mancha negra en un océano negro .... un último respiro, un epitafio en vida.

En fin, un sin fin de situaciones que nos hacian tan minusculos para las miradas altas y grandes, pero tan grandes ante la mirada del corazón. ¿Quién no quisiera volver a creer en todas las cosas que creía de niño, quién no desearía tener una porción de la ingenuidad y pureza de mente que teníamos en esa época, quién no quisiera conservar la alegría y las ganas de aprender y vivir?
Pensar que los ángelitos se caen de sus cielos y se convierten en bichos automatizados, mínimos y trasparentes, que responden solamente a estimulos, se mueven en masa o muchedumbre de moscas sin identidad propia y les cuesta salir de la cotidaneidad y escapar a la realidad de los cuentos y las hadas, donde en algún momento fueron gigantes.
Pensar que son una gran mancha negra en un océano negro .... un último respiro, un epitafio en vida.
Etiquetas: infancia, personalisimos
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