historias.sin. fin.de.invierno
Desde lo que va y viene. Se mece tranquila una brisa silenciosa, pueril, desbandandada del resto del viento entre mis pies descalzos, militantes fervientes de la libertad de zapato. Como suspiro de enamorado, como sonrisa de reconciliación, como esa mirada de reojo, acaricia los dedos y provoca un estornudo.
Desde lo que va y viene. Acurrucados en el sofá miramos por la ventana y aparecen las estrellas. "Mirá esa es Júpiter, esa de ahi, Saturno, la cruz del sur, Andrómeda..." El espacio estelar que nos vigila espectante en ese humor denso y pegoteado de infinitud parece desarmarse en cada esquina nublada. Pero si somos sus militrigésimos segundos, (si es que existe esa palabra) cambiando constantemente, tejiendo y volviendo a tener su enorme bufanda.
Desde lo que va y viene. El frío deja la piel de gallina y seca los labios. Recoje sus hojas y se va yendo. Siempre partiendo. Hacia la bufanda que se vuela, hacia el pullover que no alcanza, hacia ese bostezo inesperado y crudamente mudo. Chau... no te vayas límpida escoba de sueños de primavera.
Desde lo que va y viene. Dentro de esto que a veces es casa, que a veces es mundo, que a veces es galaxia o simplemente un punto. Dejo pasar las horas (como si de todos modos no se escurrieran) y te doy un beso, de esos que no se olvidan, de los que surgen las historias sin fin.
Desde lo que va y viene. Acurrucados en el sofá miramos por la ventana y aparecen las estrellas. "Mirá esa es Júpiter, esa de ahi, Saturno, la cruz del sur, Andrómeda..." El espacio estelar que nos vigila espectante en ese humor denso y pegoteado de infinitud parece desarmarse en cada esquina nublada. Pero si somos sus militrigésimos segundos, (si es que existe esa palabra) cambiando constantemente, tejiendo y volviendo a tener su enorme bufanda.
Desde lo que va y viene. El frío deja la piel de gallina y seca los labios. Recoje sus hojas y se va yendo. Siempre partiendo. Hacia la bufanda que se vuela, hacia el pullover que no alcanza, hacia ese bostezo inesperado y crudamente mudo. Chau... no te vayas límpida escoba de sueños de primavera.
Desde lo que va y viene. Dentro de esto que a veces es casa, que a veces es mundo, que a veces es galaxia o simplemente un punto. Dejo pasar las horas (como si de todos modos no se escurrieran) y te doy un beso, de esos que no se olvidan, de los que surgen las historias sin fin.
Etiquetas: prosa.poética
2 Comentarios:
Entre el amor y el recuerdo habitan las metáforas que nos anotician de ello. Espacios de infinitud dan cuenta de lo que quiere trascender. Siempre he asociado a los besos o demás muestras de afecto con eso de "infinito" que tienen; como si esas manifestaciones merecieran ser consideradas como algo especial y diferente. Y ya que dijimos especial, ya que miramos el cielo, por qué no decir "espacial". Muchas palabras de un uso no cotidiano se mezclan en este bello texto. Qué bueno..."pueril", "mece", "militrigésimos", "beso", a no...ésta última no, es de uso cotidiano, cierto...je.
Saludos.
es que en esos momentos de infinitud las únicas palabras posibles son las que trascienden este mundo, las siderales palabras que aunque terrenales son del más allá como el beso, abrazo, caricia, amor.
Qué lindo tenerte por aqui leyendo con tus ojos temporales esta historia sin fin que va y viene hasta la mismisima eternidad.
Besos
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