calesita
Esa que corre y recorre por mis venas un círculo vicioso de laberintos sin salida y entradas engañosas, precipita al abismo de la conciencia absoluta y provoca el espasmo de palpitos acelerados y mortales, donde yo, la que de a ratos imagina y de a ratos vive una vida (no del todo mia), caigo sobre un colchón de espinas y me revuelco como si fueran plumas, como si las heridas fueran caricias, como si la sangre fuera risa, mientras espero que decida quitar sus preciados rayos de mi cielo.
Esa, mochila de negros y espantosos retazos de algo que nunca es pero esta siendo parte todo el tiempo, me disipa, me carcome y puede que sea la jugadora magistral a la cual yo le niego la mirada, le predigo el movimiento, pero es el verdugo (aunque no quiera) del minusculo espacio que todavia queda de mi, del color de mi, de la sonrisa.
Esa, maldita que se rie (se está riendo ahora mismo) se plasma en mis mejillas, me quite el aire, me oprima el pecho y muestre su cara.
Si, esa... ¿la ves?
Es la cara de azar jugando con su dados, sabiendo que los dados son mis dedos, mis piernas, mi acción y reacción.
Es como la ruleta, no se detiene hasta que finalmente no sea merecedora del gran premio: su redención.
Aunque nunca da tregua, gira y gira hasta que se apaga la calesita.
Esa, mochila de negros y espantosos retazos de algo que nunca es pero esta siendo parte todo el tiempo, me disipa, me carcome y puede que sea la jugadora magistral a la cual yo le niego la mirada, le predigo el movimiento, pero es el verdugo (aunque no quiera) del minusculo espacio que todavia queda de mi, del color de mi, de la sonrisa.
Esa, maldita que se rie (se está riendo ahora mismo) se plasma en mis mejillas, me quite el aire, me oprima el pecho y muestre su cara.
Si, esa... ¿la ves?
Es la cara de azar jugando con su dados, sabiendo que los dados son mis dedos, mis piernas, mi acción y reacción.
Es como la ruleta, no se detiene hasta que finalmente no sea merecedora del gran premio: su redención.
Aunque nunca da tregua, gira y gira hasta que se apaga la calesita.
Etiquetas: eso que me sale y que después no entiendo, prosa poética
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