¿qué.será.eso.de.vivir?
Voy cómo dando saltos, algunos muy largos, otros microscópicos, casi imperceptibles. A veces voy hacia atrás, años y días de retroceso, tanto tiempo desperdiciado en sanar las heridas, si cuando quieren, vuelven como cascadas a estropear esta alfombra recien comprada. A veces tengo visiones del futuro, enormes cátastrofes inconclusas, y monumentos de kilómetros luz en sonrisas e ilusión.
Las diagonales son los escapes de razón que recorro en los períodos en que necesito un descanso de la vida mortal, donde me retraigo, me escapo por un rato del cuadrado mundo y juego a ir contra lo establecido, ir más rápido ( o creer que lo hago) perderme y desaparecer.
Sólo sé que voy .... si, como un velero sin rumbo, entre subi-bajas, izquierda-derecha , voy encontrando algo que dice "Yo" . La miro y digo: Hola, ¿cómo estás? e intento asemejar las imágenes que dicen ser mias con mi propia identidad. ¿Qué será eso? Eso que dice llamarse uno mismo, si vivimos cambiando, si entre salto y salto ya no somos los mismos, ya no SOY la misma, soy otra persona.
En este mismo cuerpo donde estamos prisioneros vamos viviendo las vidas de muchos, e interpretamos muchos papeles, hasta cambios de teatros. Sin embargo no podremos eludir la sombra que se pegotea en los zapatos como un chicle en verano, imita los movimientos, pretende tener vida más allá de nosotros, razguña sus manos ( o las nuestras) para liberarse, para sacarse la capa negra que la recubre. Qué paradójico, las dos queremos liberarnos y ser quien sabe que cosa diferente a esto que somos, o creemos ser.
Sin embargo al darnos vuelta sigue allí y yo acá o al revés, no sé... recordándo que a pesar de todos los saltos, rumbos, y destinos que creo haber recorrido, ellá estará ahi y yo aqui, nunca nos dará descanso esta dualidad que sofoca e incita las pasiones más bajas. Acompañara cada movimiento, respiro, como un ojo enorme que nunca duerme y vigila hasta la muerte, donde finalmente ( o lamentablemente) seremos libres de aquello que somos, y no tendremos que huir más.
La eternidad tiene su precio: la propia vida consumida en la engañosa búsqueda de respuestas a las mismas preguntas.
Las diagonales son los escapes de razón que recorro en los períodos en que necesito un descanso de la vida mortal, donde me retraigo, me escapo por un rato del cuadrado mundo y juego a ir contra lo establecido, ir más rápido ( o creer que lo hago) perderme y desaparecer.
Sólo sé que voy .... si, como un velero sin rumbo, entre subi-bajas, izquierda-derecha , voy encontrando algo que dice "Yo" . La miro y digo: Hola, ¿cómo estás? e intento asemejar las imágenes que dicen ser mias con mi propia identidad. ¿Qué será eso? Eso que dice llamarse uno mismo, si vivimos cambiando, si entre salto y salto ya no somos los mismos, ya no SOY la misma, soy otra persona.
En este mismo cuerpo donde estamos prisioneros vamos viviendo las vidas de muchos, e interpretamos muchos papeles, hasta cambios de teatros. Sin embargo no podremos eludir la sombra que se pegotea en los zapatos como un chicle en verano, imita los movimientos, pretende tener vida más allá de nosotros, razguña sus manos ( o las nuestras) para liberarse, para sacarse la capa negra que la recubre. Qué paradójico, las dos queremos liberarnos y ser quien sabe que cosa diferente a esto que somos, o creemos ser.
Sin embargo al darnos vuelta sigue allí y yo acá o al revés, no sé... recordándo que a pesar de todos los saltos, rumbos, y destinos que creo haber recorrido, ellá estará ahi y yo aqui, nunca nos dará descanso esta dualidad que sofoca e incita las pasiones más bajas. Acompañara cada movimiento, respiro, como un ojo enorme que nunca duerme y vigila hasta la muerte, donde finalmente ( o lamentablemente) seremos libres de aquello que somos, y no tendremos que huir más.
La eternidad tiene su precio: la propia vida consumida en la engañosa búsqueda de respuestas a las mismas preguntas.
Etiquetas: filosofando, personalisimos, preguntas, prosa poética
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