olor.a.lluvia

"Ide weiss jetzt, was kein Engel weiss" (Ahora sé, lo que ningun ángel sabe) dice la película Wings of desire ( Der Himmel über Berlin) de Win Wenders.

¿Qué es lo que sabe?

Me pregunto mientras pasan los títulos y siento que algo ha cambiado. No sé si es el olor a lluvia que se mezcla en esta noche sin estrellas, o los autos que pasan esporádicamente por la avenida. Quizás es el sonido de la ciudad que duerme y mientras lo hace laten miles de corazones a la vez, tanto que se mueve el piso.
Pero claro, nunca lo habia notado. Mi oido se ha ocupado de escuchar cosas mucho más interesantes, sonatas, sinfonías, mi tacto preferíra el terciopelo, y hoy... en este balcón está este olor que me transporta. Viajo con el aire, me inhalan unos pulmones cansados, me exhala una boca pintada entre charlas en un bar.
Es que vibra ¿no puedes sentirlo? Vibra aqui mismo, en la hoja que cae del árbol, en el pájaro que planea, en la calle, en la lágrima y la sonrisa que se cruzan en una comisura. Vibra la vida debajo de los zapatos, esa vida que se esfuma mientras tratamos de descifrarla y cuando descubrimos su secreto ya no somos más parte de ella. Nos convertimos en el ejército de eternos vagabundos sin rumbo, añorando ese dolor de cabeza por la mañana, esa comezón en el pie izquierdo, la lluvia, el gusto amargo del limón, un beso, el calor de un abrazo.

En definitiva sabe de todo aquello que una vez tenemos y (muchas veces) pasamos de largo, como las hojas de un libro que quiere ser acabado.