te.miro, me.miras

Se puede mirar fijo, mirar de forma totalizadora, o simplemente hacer como que se está mirando, pero en realidad nada de eso está ocurriendo.
Se puede encontrar todo en una mirada, tanto que asuste, pero también se puede encontrar una larga muralla de ladrillos que no permita visualizar su trasfondo.
Las miradas hablan de nosotros mismos, de la forma que miremos será la forma que hablaremos, gesticularemos y encararemos la vida.
¿Tanto dicen las miradas? Para mi si... encontrarse en ese reducido espacio donde no existe nada más que dos pupilas cruzandose, es muy mágico.
Las miradas tienen vida propia, se adueñan de los momentos y los fijan en sus pupilas de fuego.
Mirarse a los ojos significa mucho más que mostrarle respeto y sinceridad a la otra persona. Significa conectarse, combinarse en una mezcla de partículas, viento, aire, atmósfera, luz y colores.
Codificar una mirada, no es tarea fácil tampoco, implica llegar hasta aquel rincón recondito de esa habitación que esconden los ojos, y sentarse en esa silla desolada, bajo esa tenue luz blanca del techo y dejarse juzgar.
Al mirar a alguien a los ojos, uno está dejando una puerta abierta hacia nuestro ser, un pasadizo secreto que termina en donde nuestro desolado e indefenso corazón reside. En ese lugar donde ya no hay más materias, ni carne, ni sangre, ni venas, solo puro y exclusivo sentimiento.
La mirada penetra en esos confines, con sus hachas y machetes, rompe todas las barreras y se instala cara a cara con su verdadero oponente.
Esta foto es totalmente ilustrativa de lo que estoy exponiendo. Fijenese como él la está tratando de mirar a los ojos, y ella baja la mirada, pero aunque no le está mirando los ojos, le está mirando la boca de una manera, que no habrían faltan palabras para demostrar que quiere besarla. Pero no le mira la boca como deseandosela lujuriosamente, sino como cuando uno ama a alguien tanto, que su boca se convierte en parte de nuestros labios y TENEMOS, que besarla.
La foto pertenece a la película Before Sunrise y su continuación Before Sunset. Las mismas son totalmente hermosas. Ese tipo de películas de amor donde no están todo el día pegoteados ni diciendose te amo. Un amor que crece a medida que avanza la película y es más mental que sentimental. Un amor que supera cualquier barrera espacial y temporal y deja soltar sus alas hasta donde ellos desean.
Muestra como dos extraños, pueden encontrarse en la vida, mirarse a los ojos, y enamorarse de aquellas pequeñas cosas que hacen a la otra persona única.
Las sonrisas que te roba las películas son muchas, las escenas que son de amor, son casi mágicas. Como por ejemplo la que más me gustó, de la primera:
El... un estadounidense que lo dejó su novia que estaba de pasantía en España y a la cual vino a ver, se encuentra sorpresivamente en un tren con Ella, Celine, quien fue a Budapest a visitar a su abuela y vuelve en el tren a Paris donde reside y estudia.
Ambos en un negocio de venta de discos de vinilo, eligen uno y entran a una pequeña cámara donde uno puede poner el disco y escucharlo tranquilamente. Bueno, están ellos dos allí, queriendose mirar, pero de forma fallida, cuando el la mira, ella corre la mirada, y cuando ella lo mira el corre la mirada. Es una escena que durara unos 30 o 40 segundos donde se dice todo lo que ellos tienen ganas de sentir, pero por diferentes miedos no se permiten a esas alturas.
Etiquetas: cine, prosa poética
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