vacaciones

Hoy creo que puedo ver debajo de las hojas, soportar ese crujir que provoca escosor y hasta adivinar su canción.
Hoy, si...hoy, puedo ver detrás del ladrillo, por debajo y por arriba. Rozar mis cinco dedos en sus ásperas concavidades y penetrar entre su arcilla renegada.
Hoy, creo que ayer también, puedo superar la distancia que separa la conciencia misma, del estar mirando.
Los ojos se me salen como el olor a pan recien cocido. Y brotan como la espuma del mar que más tarde empañó mis anteojos. O era la bruma, o el viento, la lluvia. No pude distinguir entre los fenómenos meteorológicos porque no los necesitaba.
¿Para qué usar anteojos entonces? Si ya no tengo ojos, tengo OIDOS, prominentes y danzantes orejas que ven por todos los ojos que nunca tuve.
Se que aquel canto lejano de las olas no es un sonido, es el ácido gusto de un limón recien cortado, el gajo desmenuzado de una mandarina, el chupetín que comí hace una hora.
¿Por qué no jugar a que esta suavidad que me circunda se convierta en azul y ya no sea más que eso, un color, o mejor, una bizcocidad algodonada de nubes próximas a precipitar?
Aterciopeladas mis orejas y por un momento embadurnadas de celeste y marrón, amanecen en naranja y en la esponjosa medialuna matinal.
Mezclar está bueno... Dividir mis sentires sería un pecado. Hoy estoy practicamente acaramelada, esquicitamente empalagante y suavemente pegoteada por esto que se llama verano y se acabó.
El plato del día tiene:
Entrada: colchón de arena y ostras marinas al natural (con una pizca de sal)
Plato principal: Merengue marino (agridulce) con algas varias. Opcional bombas de arena con pure de caracolitos.
Postre: Ensalada de lluvia y pedacitos de sol glaceados. Opcional algodón de vapor con sabor a a mar.
Se acompañará con la luz de la luna y los violines de las olas.
No olvide de no despertarse ante de haber hecho de digestión.
Hoy, si...hoy, puedo ver detrás del ladrillo, por debajo y por arriba. Rozar mis cinco dedos en sus ásperas concavidades y penetrar entre su arcilla renegada.
Hoy, creo que ayer también, puedo superar la distancia que separa la conciencia misma, del estar mirando.
Los ojos se me salen como el olor a pan recien cocido. Y brotan como la espuma del mar que más tarde empañó mis anteojos. O era la bruma, o el viento, la lluvia. No pude distinguir entre los fenómenos meteorológicos porque no los necesitaba.
¿Para qué usar anteojos entonces? Si ya no tengo ojos, tengo OIDOS, prominentes y danzantes orejas que ven por todos los ojos que nunca tuve.
Se que aquel canto lejano de las olas no es un sonido, es el ácido gusto de un limón recien cortado, el gajo desmenuzado de una mandarina, el chupetín que comí hace una hora.
¿Por qué no jugar a que esta suavidad que me circunda se convierta en azul y ya no sea más que eso, un color, o mejor, una bizcocidad algodonada de nubes próximas a precipitar?
Aterciopeladas mis orejas y por un momento embadurnadas de celeste y marrón, amanecen en naranja y en la esponjosa medialuna matinal.
Mezclar está bueno... Dividir mis sentires sería un pecado. Hoy estoy practicamente acaramelada, esquicitamente empalagante y suavemente pegoteada por esto que se llama verano y se acabó.
El plato del día tiene:
Entrada: colchón de arena y ostras marinas al natural (con una pizca de sal)
Plato principal: Merengue marino (agridulce) con algas varias. Opcional bombas de arena con pure de caracolitos.
Postre: Ensalada de lluvia y pedacitos de sol glaceados. Opcional algodón de vapor con sabor a a mar.
Se acompañará con la luz de la luna y los violines de las olas.
No olvide de no despertarse ante de haber hecho de digestión.
Etiquetas: personalisimos, prosa poética
2 Comentarios:
Una danza de sentimientos, de olores y de sabores disfrazados los unos de los otros; pero juegas a encontrar la posibilidad de lo que dices (escribes).Siento, Pienso que "cada vez" la entiendo menos (como a Cortázar), mas bien cada vez que leo algo como lo tuyo pienso que no puedo sentir todo lo que quieres decir y especialmente cuando escribes algo asi.
mmmmm es como dudoso el comentario. Quizás soy yo la enredada. Pero no entendí si es que querías decirme que no te llegó el escrito, quizás porque no compartís una determinada posición, o porque no podés imaginarte tal o cual situación.
O que no entendiste a dónde quise llegar por lo cual eso no te despertó ningun tipo de emoción.
Quizás sea otra posibilidad que en este momento no se me ocurre. Me gustaría que me digas.
Si no se entendió, bueno que se yo, era un tanto poético en el fondo, y quería hacer eso de mezclar todo con todo, quizás quedó confuso, pero no era el objetivo dejar claro nada, solamente que se acabaron las vacaciones y re-vivenciar un poco mis sentires en tales ocasiones.
Si no pude trasmitirte ninguna emoción, es frustrante, porque es lo contrario del otro post. Me gusta trasmitir, pero como te dije en ese mismo lugar no siempre se logra y quizás este haya sido el ejemplo para vos.
De todos modos no sé si habré entendido bien tu comentario, jajaj estamos como que no nos entendemos hoy. Mejor aclaramos y volvemos a comentar.
Saludos.
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