Luces apagadas
Hay días, en que aunque las luces exteriores sean muy brillantes y el sol nos regale un día de verano, por dentro estamos apagados.O nos vamos apagando.
El movimiento diario de las cosas mantiene un equilibrio en nuestras mentes que nos permite seguir focalizando los objetivos, y vislumbrandolos con claridad. La ciudad, sus ruidos, la rapidez de las miradas y de los pasos tiene un ritmo propio que nos absorve. Pero cuando todo de repente para, se hace un gran pausa y nos congelamos. Se congelan las ideas, la voluntad, los movimientos y nos vamos apagando. Creemos que lloramos, pero es el corazón el que gotea, el que trata de llenar de vida ese cuerpo que inmóvil, fue absorvido por la vaguedad. Lo expresa con furias, y enojos, que no son mas que esa manifestación de malestar interno y de una sensación de que todo va a seguir siendo de esa manera.
Pero yo se que hay luces que nunca se apagan, o por lo menos quiero que se apaguen solo cuando me muera, antes no. Por eso hoy me planto ante ese gran apagón, y prendo la luz. Si... me encandila un poco, pero no importa, las pupilas se iran acostumbrando a la luz y yo podre ir vislumbrando mi salida. La salida al mundo donde me gusta vivir, al mundo donde soy realmente yo.
El movimiento diario de las cosas mantiene un equilibrio en nuestras mentes que nos permite seguir focalizando los objetivos, y vislumbrandolos con claridad. La ciudad, sus ruidos, la rapidez de las miradas y de los pasos tiene un ritmo propio que nos absorve. Pero cuando todo de repente para, se hace un gran pausa y nos congelamos. Se congelan las ideas, la voluntad, los movimientos y nos vamos apagando. Creemos que lloramos, pero es el corazón el que gotea, el que trata de llenar de vida ese cuerpo que inmóvil, fue absorvido por la vaguedad. Lo expresa con furias, y enojos, que no son mas que esa manifestación de malestar interno y de una sensación de que todo va a seguir siendo de esa manera.
Pero yo se que hay luces que nunca se apagan, o por lo menos quiero que se apaguen solo cuando me muera, antes no. Por eso hoy me planto ante ese gran apagón, y prendo la luz. Si... me encandila un poco, pero no importa, las pupilas se iran acostumbrando a la luz y yo podre ir vislumbrando mi salida. La salida al mundo donde me gusta vivir, al mundo donde soy realmente yo.
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